Carlos Muñoz
Mi nombre es Carlos Muñoz y estudio la maestría “Latin American and Europe in a Global World”, una maestría enfocada en América Latina y sus relaciones con Europa desde la perspectiva de las ciencias sociales. El primer semestre estudié en Salamanca, en el Instituto de Iberoamérica, y en el segundo me encuentro en la Universidad de Estocolmo. En septiembre estaré en París y en el último semestre para la tesis haré trabajo de campo en América Latina y regresaré a una de las tres universidades en las que estuve previamente.
La experiencia hasta ahora ha sido genial. Desde el punto de vista académico me ha permitido conocer distintos sistemas educativos y recibir clases y conferencias con profesores y funcionarios reconocidos. Pero, sobre todo, me ha permitido aprender de mis propios compañeros y compañeras, que provienen de distintos países de América Latina y Europa. Esos mismos compañeros y compañeras son a la vez grandes amigos y amigas que han hecho que esta experiencia sea mucho más alegre y más fácil de llevar. Esto porque, a pesar de que vivir en un país distinto cada semestre es genial, también puede ser muy cansado porque implica empacar todo, mudarse e iniciar un nuevo proceso de adaptación al poco tiempo de haberse adaptado al país anterior. Hay que estar preparado para los trámites, despedidas y nuevos encuentros.
También es un reto lograr el equilibrio entre estudiar y vivir por tu cuenta, con todo lo que eso conlleva (cocinarse, lavar ropa, organizar el día, dormir bien, hacer amigos, conocer las ciudades, etc..). La carga académica puede ser alta y puede ser aún más complicado si las clases son en otro idioma, por lo que hay que saber organizarse para poder viajar y tener otras experiencias más allá de lo académico para sacarle el mayor provecho posible.
Creo genuinamente que estudiar una maestría y vivir la experiencia Erasmus es algo apasionante que deja huella para el resto de la vida. Por eso, creo que es importante que cualquiera que tenga la intención de vivir una experiencia similar se anime a aplicar a las maestrías Erasmus. Aunque el proceso de aplicación pueda ser complejo en algunos casos, es importante hacerlo con tiempo, prepararando los exámenes de idiomas y las cartas de recomendación. Pero, sobre todo, no dejarse llevar por el síndrome del impostor: tiene un gran mérito el hecho de animarse a hacer todo el proceso de postulación y eso de por sí ya es un gran aprendizaje.