Mes: octubre 2019

“Mi nombre es Ximena Ureta, tengo 23 años y estoy cerrando Ingeniería Ambiental en Guatemala.

En mi segundo y tercer año de estudios participé en el Programa Erasmus en la categoría de movilidad de créditos para estudiantes para un intercambio de 12 meses. Estuve durante ese tiempo en Badajoz, España.

Compartí mi apartamento con otros dos guatemaltecos durante este tiempo, y hasta el día de hoy guardo un cariño especial para ellos dos. Tanto ella, como él, me acompañaron en los primeros meses (que en mi opinión son los más difíciles), pues fueron mis primeros amigos en este nuevo país, y siempre me sentí en casa con ellos. Al pertenecer al  mismo país me hacían sentir menos extraña. Luego de superar los primeros meses de distanciamiento y el acoplamiento a la nueva vida, pude realmente aprovechar mi tiempo como estudiante de intercambio.

Los meses restantes se trataron sobre conocer lugares y personas nuevas, lo cual me encantó porque creo esos destinos y estilos de vida marcaron mi corazón profundamente,  puedo recordar cada detalle de cada experiencia. En cuanto a los estudios, creo que mi desafío era volver a contextualizar la teoría de mis cursos a las nuevas eco-regiones que Europa tenía para ofrecer, así que definitivamente enriquecí mi conocimiento y cómo varias “teorías ambientales” funcionan a lo largo de nuevos escenarios.

Sin embargo, creo que la experiencia más importante para mí fue el conocerme a mí misma. Hasta que me desprendí de todo lo que conocía pude finalmente encontrar gozo en acompañarme a mí misma y fortalecerme desde adentro. Fue difícil porque sufrí múltiples decepciones, heridas e incluso traiciones tanto de amigos como enemigos. No fue fatídico, porque descubrí una fuerza interior, una luz propia, que nada ni nadie puede apagar.

Aprendí a ver lo bueno en lo malo y lo malo en lo bueno, pero sobre todo a vivir intensamente el presente.

Si tuviera que repetir todo de nuevo, no cambiaría nada en absoluto porque todo eso me llevó a donde estoy hoy, y puedo decir que me siento orgullosa de mí misma y que no me voy a detener aquí. Esto es apenas el comienzo. Ser parte de esta familia de intercambios me hizo conocerme y amarme a mí misma como nunca antes lo había hecho, y espero que más personas puedan vivir sus intercambios de esta forma.”